“El marketing es como el sexo, todo el mundo piensa que es un experto”. Esta frase que escuchamos en su momento, y no sabemos a quién (perdón al autor), es una verdad como un templo y la vemos reflejada continuamente en muchas empresas.
Cualquier marca, por pequeña que sea, necesita tener visibilidad para ser reconocida. Cuando te lanzas a montar tu propia empresa es el momento para sentar las bases de tu proyecto y que éste comience con una buena imagen, coherente con tu producto o servicio. En ocasiones, el día a día de la gestión de una empresa hace imposible sacar un hueco para la comunicación y es ahí cuando la solución pasa por externalizar el servicio. Pero un error muy común antes de dar el paso, es intentar gestionarlo dentro de la empresa por personas profesionales en otros ámbitos, pero no en el del marketing. De ahí que digamos que todo el mundo se piense que es un experto en marketing. Hay veces que se hace por problemas de presupuesto, porque se ve más como un gasto que como una inversión, pero a la larga suele salir caro. Como se suele decir, zapatero a tus zapatos.
Las agencias de comunicación
Agencias de comunicación hay muchas y de muchos precios. Unas se especializan en Comunicación 2.0, otras en Diseño Web, packaging, o en el mundo audiovisual. Sólo tienes que pararte un poco y ver lo que necesitas.
Lo importante a la hora de tomar la decisión de contratar a una u otra, es conocerla, mantener una reunión con los responsables, pedir un proyecto acorde con tus necesidades y a continuación una valoración económica.
Un vez que te decidas, la relación cliente-agencia tiene que ser muy estrecha. El cliente conoce muy bien su producto y la agencia, las diferentes herramientas para comunicar que es el mejor.
Te ayudaremos a identificar a tu público objetivo y a segmentarlo. En definitiva, te ayudaremos a llegar a él con diferentes estrategias y objetivos que deben estar marcados en un plan de comunicación duradero en el tiempo. Una manera profesional de gestionar la imagen que trasmites a tus clientes.
